martes, 20 de julio de 2010

El Diablo anda suelto, o quién creen que fue?


Los árboles en los patios del Riviera, mutilados la semana pasada, ahora fueron talados en su totalidad.

No te vaya a tocar estacionar tu carro en los patios del Riviera en un día frio! Los árboles, cuyas frondosas copas te protegían de la brisa del mar, ya no están.


No te vaya a tocar estacionar tu carro en los patios del Riviera en un día caluroso! Los árboles, cuyas frondosas copas te ofrecían un refugio del solazo, ya no están.
Los acaban de talar. Al ras.


De a cómo los leños históricos?
La pérdida es mucho más grande de lo que perciben los ojos, pues un árbol:
- transforma el bióxido de carbono, en el oxígeno que respiramos (“los pulmones de la ciudad”);
- previene la erosión del suelo y así contribuye a la formación del ciclo del agua (“el agua es vida”);
- alberga numerosas especies animales necesarios en nuestro ecosistema;
- hace poroso el suelo y así propicia la oxigenación, contribuyendo a la fertilidad de nuestra tierra;
- amortigua el ruido de nuestra ciudad;
- recoge el polvo, protegiéndonos de la contaminación;
- promueve la visión paisajista importante para nuestra salud mental.


Y todo esto, lo hace gratis!
Ni los países más poderosos del mundo tendrían la tecnología y el dinero para hacer todo lo que hace por nosotros, un árbol.
Ah, pero bien bonita va a lucir esa franja de cemento que pondrán “algún día” en el lugar de los árboles!
OJO: En nuestra ciudad se ha estado llevando a cabo una mutilación y una destrucción sistemática de los árboles.
Qué intención diabólica está moviendo esa fuerza bruta?

Atentamente,
Julia Kondrátiev de Burgas.
NOTA: Agradezco a mi compañero, el M.C.Humberto García Velasco, su ayuda en la elaboración de esta carta.

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